Cuando Carlos y Camilla Parker se casaron supe que este año iba a ser extrañísimo. Porque la verdad es que esa historia no debió haber terminado en casorio. Debió haber terminado en la nada que estaba y convertirse en el romance jamás admitido / jamás asumido / jamás existido/ jamás oficializado más relevante en la historia del romance. Aunque sea para decir "Si! Estamos juntos y estamos tan felices que vamos a casarnos para que todos sepan y nosotros sepamos que nosotros como pareja existimos". Y así lo hicieron. Y por un lado las solteras felices, porque si eso era posible cualquier cosa era posible y por último, porque la limpieza de imagen y el asumir las situaciones sin importar que tan complejas sean siempre se agradece.
Y así todo el mundo empezó a casarse o a emparejarse o a embarazarse. Y claro todas las que seguimos solteras asumimos ilusamente que a nosotras también nos tocaba. Nuestro círculo más cercano comenzaba a encontrar la pierna que faltaba o derechamente el hombre de sus vidas y nosotras mirábamos con ansiedad y asombro, a ver cuando nos tocaba a nosotras. P

Y no sería tan malo, si una no se comenzara a sentir levemente aislada. Porque claramente las parejas son aparentemente el único tema de conversación interesante (y ni que decir inclusivo porque obvio que todos tenemos novio/a) y cuando se comentan las peripecias romántico-sexuales hay que recurrir a la experiencia con el último pololo, que aunque no fue mala, está más añeja que el cereal Fitness que uno compra para empezar bien la dieta el lunes. Porque el último pololo fue hace como 5 mil años. Y entre que se te olvida lo que pasaba, inventas historias para no quedar tan mal y terminas mintiendo (que es un pecado) para no quedar como una mamona y por último para tener algo que decir.
Y después, de a poco los carretes son en pareja, y obvio que es mejor que no vayas, porque somos numero impar y no hay nadie más soltero ( lo cual es casi tan grave como ir a una comida a una parrillada siendo vegetariano) así que mejor nos vemos todas las chicas solas el otro fin de semana. Ah no, mejor que el fin de semana después de ese porque en verdad es el cumpleaños del amigo del Braulio, y el domingo es el del su sobrino, así que mejor de ahí nos ponemos de acuerdo.
Y obvio que una termina sin carrete, porque el Sábado es sacrosanto para los pololos, y te vas aislando de a poco. Y después tus amigas tienen la patudez de preguntar "Pero por qué no sales con mas gente y te metes a otros círculos?"
PORQUE TODOS EN ESOS OTROS CÍRCULOS ESTÁN POLOLEANDO! Argh.
Agradecimientos miles por esta colaboración a Mari, una patalera más entre nosotros.