miércoles, noviembre 22, 2006

De Wachones y de Flaites

Leyendo un foro descubrí una conversación que consultaba sobre las relaciones "intersociales", por llamarlas de alguna forma. Es decir, la rareza de una pareja en una micro, compuesta por una niña bien, rubiecita, de Plaza Italia hacia arriba y un lolito de pantalón corto, camiseta deportiva y chocopandero, que ciertamente pertenecía al lado opuesto de la Capital.

Al final la pregunta se enfocó machistamente hacia temas monetarios, ¿podrían los hombres aguantar a una mujer que gane más que ellos? o bien las mujeres ¿podrían estar con alguien que gane un sueldo mínimo (y no las pudiera mantener)?

Creo que el punto no es ese. En un mundo contemporáneo, en que las mujeres son en su mayoría profesionales, no existe el pensamiento primordial de tener un hombre que las mantenga, sino que pueda mantener un hogar a la par con ella. Por parte de los hombres hay más problemas, porque se les deja sin su prehistórico rol de "proveedor" y los pobres quedan cesantes en su propio hogar. A ellos les afecta más, sin duda.

El cuento es, que parejitas como la de la micro son bastante más comunes de lo que uno piensa, y es que hay ciertos factores (como la belleza y la fama )que nos hacen olvidar el centro de interés, la mezcla cuico-flaite.

¿Es que ya todo el mundo se olvidó de la truncada pareja entre Kenita Larraín (una enrubedecida niña bien, de apellido rimbombante) y Bam Bam Zamorano (un futbolista con peinado chocopandero que por más que use Armani no deja de ser feo)? Este es el emblemático, pero hay muchas otras parejas futbolista-modelo que se ajustan a ese patrón.
Parece que los flaites tienen su "no se qué". Mejor aún si vive de Plaza Italia para arriba. Pregúntenle a Pampita. También se aplica a extranjeros flaites, pregúntenle a Amalia. A los estilistas les gusta hablar de "look desgreñado" y cobrar sus buenas lucas por chasconear a la gente como si hubieran sufrido un accidente en Fantasilandia.
Lo sé porque soy estudiante de la Pontificia, y si bien mi carrera no es la más plagada de machos del planeta, he visto mucho especímen del sector de Ingeniería. El típico niño lindo, con su regio auto y casa con piscina, pero que igual se cura en la calle, que se fuma su pito y anda con cara de rana inflamada y para colmo, habla intencionalmente mal. ¡Y cómo arrasan...!

Bueno, tengo que reconocer que también lo sé porque alguno de esos especímenes me ha llamado la atención más de una vez; y también porque alguna vez caí bajo el encanto del artista de tablas vestido con ropa de Bandera, barba de 3 días y pelos chascones... ¡uffff!

Y créanme que mientras estuve con él, no me importó mucho que no tuviera sueldo.

viernes, noviembre 10, 2006

Estresada, ¿yo?

Cada día falta menos para que termine la U y aún queda mucho trabajo por hacer.
Mucha gente a mi alrededor anda estresada, como yo. Al final, entre todos nos contagiamos. Si bien los sintomas varían del simple mal dormir a la extrema bipolaridad, el asunto es que estamos al borde del colapso, rogando por un pushing ball para no tener que aguantarnos las ganas de pegarle a algo (o alguien) y así evitar que esa represión nos frustre y estrese aún más.

Me aburrí de andar somatizando, de ir al médico para que no me diga nada, porque no tengo nada; me aburrí de hacerme exámenes que salen normales mientras yo me siento mal. Preferí guardar ese capital para aprovecharlo en lo que realmente necesito: unas buenas vacaciones. ¡Qué ganas de salir de esta asquerosa ciudad y pasar unos días donde no llegue la señal del celular!

Ya queda poco para que podamos salir, relajarnos, regalonear y carretear. Mientras tanto, lo mejor es tratar de hacer la espera lo más agradable posible, en vez de andar de un lado a otro más neurótico que papá en la maternidad, pegado a un cigarro que jamás se disfruta porque ya está mecanizado.

Sacando cuentas, una hora de carrete es mil veces mejor que pasar el mismo tiempo frente al computador esperando que las ideas vengan forzadamente. Juntémonos a tomar una cerveza, conversar, reírnos, recargar baterías. Paciencia. Pronto nos reiremos con más ganas.

PD: Gracias amor por ayudarme a darme cuenta de que estaba puro hueveando/pelando el cable/dando jugo/rallando la papa/o como quieras decirle.