miércoles, septiembre 27, 2006

De Fantasmas y de Histeria II

A veces pienso que si hay un Dios, este debe ser negro, porque por lo menos su humor lo es la mayoría del tiempo. Cuando se decidió a emparejar a los seres humanos, no tenía tele ni menos teleseries, porque si recién estaba creando a los humanos por supuesto no había actores, pero después de existir los anteriores se olvidó de desprogramar la teleserie cotidiana que nos afecta a todos los hijos del "Pulento".

Como pudieron leer en mi entrada anterior, nuestra historia amorosa va dejando marcas que afectan las futuras, a veces nos vemos afectados por cicatrices ajenas. Ahí es cuando volvemos al problemático tema de las comparaciones, que por muy positivas que sean, igual se prestan para más de algún problemita.

Aldo a veces se sorprende a sí mismo extrañado de tener a su lado a una mujer normal que no le arme escenitas por cualquier tontera. Claro, la costumbre de tener parejas disfuncionales deja más de algun trauma. Yo, por mi parte, a veces me sorprendo de no tener la tentacion de ser una segunda mamá para mi pareja. Ciertamente son comparaciones positivas pues nos dejan a ambos bastante bien al final, pero el problema surge cuando estas comparaciones se asocian maléficamente con paranoias de parte del que realiza la comparación. Ya mencioné algo parecido en mi anterior entrada: cuando yo me comparo con las otras temo no superar al enemigo. Lo que planteo hoy es que cuando él me compara con las otras teme que me parezca a ellas.

Afortunadamente, Aldo nunca me ha mandado a terapia por ser "demasiado normal", pero existen otros casos en que, por ejemplo, traumas relacionados con la infidelidad afectan a las parejas. Si un hombre ha sido infiel toda la vida, y le han respondido con la misma acción durante el mismo período, tendrá el temor constante a que le vuelvan a ser infiel. Se entiende perfectamente pero, si la persona juzgada no muestra absolutamente ningun atisbo de haber sido o querer ser infiel, ¿porque su pareja aún no confía en ella?

Nosotras mujeres diríamos "porque es un idiota", aunque tal vez sólo necesita compartir un trago con alguien que no sea su pareja y ojalá de su mismo sexo, que le ayude a ver y remediar su error. Yo le diría lo mismo que a los que son afectados por los fantasmas anteriores: cada poltergeist de nuestra vida ha servido para aprender algo, algunos lo logran más rápido que otros, pero ciertamente han tenido un propósito que radica en hacernos apreciar aún más lo bueno que tenemos hoy a nuestro lado.

Hay que ser capaces de distinguir, no todos los seres humanos somos iguales aunque algunos hayan tenido la mala fortuna de encontrarse con muchos similares, y si ha sido así es para poder distinguir con aún más claridad aquella estrella que brilla y se distingue entre todas las demás.