jueves, octubre 25, 2007

Complejidades

Hace unos días se me dijo que "la Literatura y la Arquitectura son un matrimonio". Y efectivamente existe una relación, partiendo de la base que ambas disciplinas requieren una mente creativa. Sin embargo, surgió un cuestionamiento apuntando a "¿por qué los arquitectos se interesan en la Literatura como parte de sus prácticas y no así los letrados se dedican a las maquetas?".

La obra "El Cuarto" de Harold Pinter, toca cómo una sociedad con agobiante urbanidad influye en las personas que la habitan. Aquí nos encontramos ante una tríada: Literatura-Teatro-Arquitectura.

En una obra como la mencionada, se retratan las sensaciones causadas por el espacio físico de una manera tal que el lector pueda sentirlas por medio de recursos lingüísticos y retóricos. El Teatro se vuelve una disciplina independiente de la Literatura que reproduce sensaciones por medio de estrategias kinésicas, paralingüísticas y proxémicas. Así, los letrados tanto como los actores no necesitan praxis en lo que a Arquitectura se refiere. Existe el croquis, pero no siempre es necesaria la maqueta. (Escenografía no es Arquitectura)

Por su parte, los arquitectos son capaces de proyectar espacios habitables y concretos. Sin embargo, si un arquitecto se precia de tal, además debería interesarse por los efectos antropológicos de su obra. Y si el arquitecto es creativo y curioso, podría llegar a interesarse en escribirlos y así complementar con humanidad la sensación faltante en el futuro habitáculo. (Vale decir, que si este país efectivamente se interesara por la Arquitectura, habría menos constructoras haciéndose millonarias vendiendo cajas patéticamente inhabitables.)

A su vez, la tríada Literatura-Teatro-Arquitectura se complementa con los aspectos Psicosociales de la gente retratada tanto en letras como en espacios. Psicología-Literatura-Teatro-Arquitectura... y tenemos 'nuestra' historia.

Para concluir, mi seminario de grado fue un análisis literario y psicológico del humor en una obra de teatro. Teatro-Literatura-Psicología. La arquitectura queda de lado ya que el contexto toma mayor importancia y el espacio físico exacto es prescindible cuando existen las personas, las acciones y los pensamientos necesarios para determinado própósito.

Creo que le llaman 'minimalismo'.

jueves, octubre 04, 2007

Declaraciones

La imagen que ven corresponde a un graffiti encontrado cerca de mi casa, el cual reza: "La bellesa (sic) de la vida la encontre junto a ti". El detalle está justo a la derecha de tan romántica frase, cuando vemos que está claramente dibujado un signo $.



Surge la pregunta, ¿qué queremos cuando queremos?

La mayoría de las personas que deciden emparejarse lo hacen porque se aman. Pero es tan complejo hablar de amor, cuando si nos ponemos a hilar fino el amor a otro no es más que amor por uno mismo: "yo estoy contigo porque me haces feliz". Lo lindo es cuando esa felicidad se logra por medio de acciones subjetivas e intangibles, y no al contrario, como parece ocurrir con quien expresó su situación en el muro.

Resulta tan difícil hablar de cuando una acción se realiza o no por amor, cuando sale de los límites de lo que se considera apropiado. Se supone que dos personas que se quieren deben estar juntas, pero muchas veces la relación establecida se contrapone a lo que nosotros queremos para nosotros, vale decir: para nuestro amor propio.

Entonces suceden dilemas como dejar que el corazón haga lo suyo y se viva de pan y cebolla, o se opte por otra opcion no menos placentera, sino que menos pasional y con algo más de razón. O bien que decidamos que en algún minuto amemos más a quien vemos en el espejo, y "haciendo de tripas el corazón" dejemos de lado a quien queremos para desarrollarnos como personas independientes e individuales.

Al final de cuentas, siempre resulta complicado definir lo que buscamos en otro, y lo que queremos de él cuando ya lo tenemos. Lo único que tengo un poco más claro, es que sea lo que sea, no tiene que ver con situaciones previamente establecidas, ni mucho menos con acciones comandadas por normas morales.

Todo lo que hacemos tiene directa relación con nosotros mismos... con el amor egoísta, con lo que queremos, necesitamos y nos hace felices.