miércoles, diciembre 02, 2009

Regalos Divinos 2.0

A finales del 2005 escribí una reflexión sobre lo que aprendí y recibí durante dicho año.

Este año, también ha sido de mucho aprendizaje. También ha sido sombrío. También ha habido alejamientos... pero me faltan las definiciones. Y es que uno de mis aprendizajes este año ha sido que "el control es ilusorio". Parece que mientras más se desea controlar el resultado de una acción, más se escapa todo de las manos. He dejado de pensar que el futuro es manejable. Estoy intentando dejarme llevar por la corriente, disfrutar del paisaje y alegrarme cuando llegue a destino.

Este año no me desilusioné de otros. Me desilusioné de mi misma. Me dejé llevar por voces ajenas, y dejé de lado a quien más amo sólo por inseguridad y por el afán de conseguir estabilidad y bienestar económico. Tanto trabajo me consumió y si hay resentimiento en mis palabras es hacia mí, cuando pienso en que lo que perdí fue por algo que no valía realmente esa pena.

Si hay algo de lo que me siento orgullosa, es de mi capacidad de aprender de mis propios errores. Hoy soy mucho más autoconciente. No quiero ser la mártir que resiente que no se aprecie su esfuerzo, y mucho menos culpar a otros por eso. Y es muy difícil porque me crié con ese modelo, pero como hoy "me doy cuenta", puedo salir de eso. Estoy aprendiendo a dar y amar de verdad, dejando en libertad y actuando de corazón sin esperar nada a cambio. Porque no quiero convertirme en un mendigo, ya que así como las cosas buenas y las personas significativas han llegado a mi vida totalmente de imprevisto... sé que la vida volverá a sorprenderme tal como lo ha hecho antes.


Estoy cansada. Pero nada de lo ocurrido ha sido en vano.

Y qué más quisiera yo que esta Navidad trajera a mi vida el regalo del Valor, la Oportunidad y la Aventura. Porque ya recibí el regalo del Aprendizaje, la Paciencia y la Maduración. Y volver a tener en mis manos la llave que un día me permitió el acceso a una nueva vida y desaproveché por haber tenido miedo de crecer. Y volver a escuchar esa música en mi corazón, cuando no hay más que respiraciones y latidos al unísono.

Ya vendrá. Aún no es el momento. Los regalos son más lindos cuando son sorpresa, ...como la vida misma.