lunes, julio 21, 2008

Limpieza

No sé si el resto de los mortales compartirá la periodicidad, pero tengo la tendencia a hacer "orden y limpieza" cada semestre, con el fin de empezar el nuevo con energías renovadas.
Ya no soy estudiante, pero dado el tipo de trabajo que escogí, el régimen semestral se sigue aplicando y resulta bastante práctico sobre todo si se quiere evitar una sobrepoblación de cosas inútiles.

Hay gente que se autodenomina "cachurera" y evita lo más posible rutinas como las que yo realizo. Me parece respetable, ya que pasan por previsores ("no lo botes, puede servir más adelante") y ciertamente, tienen acceso a recuerdos que yo no, ya que o lo guardo en mi cabeza o simplemente no hay evidencias.

A veces me gustaría poder ser cachurera de cosas rosas. Ayudando a mi novio a hacer limpieza de cachureos me encontré con billeteras viejas llenas de papelitos con mensajes, tarjetas de amor, dedicatorias... Yo alguna vez tuve esas cosas, pero las boté, considerando que eran innecesarias.

Tal vez yo sea una de esas personas que necesitan de la limpieza física para sentir que el corazón y la cabeza también están limpios. De esas personas que no pueden soportar la nostalgia, y prefieren eliminar todo con tal de evitar malos sentimientos. Otros, prefieren guardar cosas y aceptan que son parte de nuestro crecimiento y aprendizaje.

A veces me suceden o veo cosas que me hacen recordar aquello que creí olvidado. Y cuando recuerdo, también recuerdo porqué eliminé las evidencias... y reconozco que boto todo porque no puedo contra la fortaleza de una experiencia vivida. No hay basurero que aguante.

Vale decir que a juzgar por el tiempo pasado, muchos de los papelitos que encontró mi novio también se fueron a la basura. Definitivamente el papel no es más importante que la experiencia.