jueves, octubre 08, 2009

Y si no, no aprendimos la lección...

Se suponía que debía ponerme nerviosa antes de leer ese mail. Pero cuando vi que en mi bandeja de entrada había un mensaje con remitente "...@becaschile.cl" ya sabía lo que diría.

Me habría gustado tener esa sensación de dominio propio, de haber tomado yo la decisión final. No sé, tal vez por ese afan romántico de decir que uno renunció a algo por un fin superior. No pude hacerlo yo, pero la inexistencia de nerviosismo y expectativa me sirvió para saber que si el resultado hubiera sido diferente, el hecho habría sido el mismo.
Me quedo aquí.

Me quedo aquí porque el papel dice que me faltó experiencia laboral. Eso según Conicyt.
Según yo, me quedo porque soy muy porfiada y no me rindo fácilmente, y porque cuando se está con la mente y el corazón abiertos, y se sabe lo que se quiere realmente en la vida, vale la pena quedarse. Vale la pena llorar, angustiarse, actuar impulsivamente y hasta faltar el respeto. Vale la pena esperar, porque esa espera implica la lucha interna más grande que uno podría pelear. Vale la pena porque es lo que uno quiere, y lo que se ama vale cualquier pena.

Me quedo. Y estaré esperando, en una espera no tan feliz como quisiera, pero sí con mucha fe.
De lo que estoy segura es que si me hubiera ido, habría significado que no he aprendido nada.
Y sí he aprendido mucho.