sábado, julio 30, 2005

Todo de Nuevo...

Ultima semana de julio, hace frio... aún así, nos vamos a la playa.Algunos se van un fin de semana con un poco de dinero en el bolsillo y se disponen a gastarla en lo mismo que la gastarían si estuvieran en la ciudad. La idea es cambiar de aire, salir de la rutina aunque sea en el lugar.Yo, me voy una semana completa, a una casa fría, pero donde un corazón cálido me espera.

Eso es mejor que cualquier carrete con cambio de aire. El corazón cálido esta cansado, los años pasan y la energía no es la misma. Un saco de carbón, un brasero y un buen mate recomponen la fuerza perdida, pero el remedio mas poderoso es la compañía y el amor. Así los males parecen desaparecer con los besos, los abrazos, las risas y la gallina de campo.Es lo bueno de tener a la abuelita en la playa, en vez de "la casa de la playa".

La casa de la playa no siente, no ama, no rabea, no tira caca a los nietos descarriados, no lanza chistes libidinosos a la nieta que ya no es una niña, así como tampoco hace pantrucas ni tortillas de rescoldo. Y el día en que la abuelita no esté, esa playa seguirá significando algo más para mí.Es que ir la playa no es necesariamente sinónimo de exponer cuerpos al sol, se se secan y oscurecen como cochayuyos.

Mientras estoy sentada y mi perrita salchicha corre libre con una felicidad desbordante, puedo darme cuenta.El mar, contiene una fuerza poderosa, que transmite con sólo mirarlo. Luego de un semestre de trabajo, tan sólo sentarse en la arena contemplando el ir y venir de las olas, me devuelve las fuerzas.Y la brisa, sentirla revolear mi cabello con sus manos frías y fuertes, me despiertan, me renuevan, y me preparan para volver a empezar...