martes, septiembre 15, 2009

Saudade en Sepia

Siempre me han encantado los retratos en tono sepia. Debe ser por esa sensación de calidez, de hogar.Hoy en mí el retrato en sepia tiene una sensación que sólo tiene un nombre en Brasil: saudade.

Saudade no tiene traducción. Es la sensación de melancolía que uno siente cada vez que recuerda una alegría que hoy se ha ido. Sentimiento complejo, mezcla en un caldero amor, distancia, pérdida, vacío y necesidad.

De esto se trata la vida. Se estar alegre un día y triste otro. De tener en una instantánea los recuerdos del pasado, las sensaciones del presente y las proyecciones del futuro.

La vida misma, y lo que amo tanto aunque hoy me cause dolor, es Saudade.

Eso que permanece en el corazón cada vez que se extraña lo que existió y se tuvo. Cada vez que se anhela lo que nos entregaba júbilo y gloria y hoy por circunstancias impensadas se ha perdido.

Lo paradójico es que aunque perder nos hace sentir cercanos a la muerte... el sólo hecho de recordarlo, nos permite renacer.

Mi saudade está en la Vía Láctea, en la arena, en el viento, en la tele blanco y negro, en los pollos de mar, en el brasero y la tetera. Porque cuando nos vimos la primera vez, nos dimos un poder tan inmenso sobre el otro que hoy me falta más que una mitad. Porque 1 + 1 es 3, y no 2.

Porque el Gran Arquitecto hizo un trazo que no le gustó, y el boceto fue desechado.

Pero acaso por ese trazo imperfecto, ¿dejará de creer en su obra?

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