viernes, julio 20, 2007

The One and Only

A pesar de que nunca recuerdo con exactitud los diálogos de las películas, sí recuerdo la terrible sensación que vivió Neo en Matrix Reloaded cuando supo que él no era el único Elegido en la historia de la humanidad.

Si hay algo que nos marca durante la adolescencia, es aquella incansable ansia por destacarse de forma individual. Alcanzar nuestra propia identidad se convierte en el propósito de nuestras vidas, y utilizamos las herramientas que estén a nuestro haber con tal de lograrlo, sea usando ropa diferente, pelo diferente u opiniones diferentes, y mientras más se note lo especiales que somos, mejor aún.


Pues bien, como estamos tan preocupados por ser los únicos-únicos, dignos de ser escogidos y destacados por nuestra particularidad, jamás nos planteamos la posibilidad de la existencia de un ser que se nos parezca. Aún cuando más tarde nos demos cuenta de que esa posibilidad es bastante más alta de lo que alguna vez pensamos.
Hoy siento que los años no pasan en vano. Que a pesar de que biológicamente soy adulta, y se supone que ya he definido mi propia identidad, no deja de herir mi orgullo el hecho de descubir -como Neo- que no soy the one and only. Eso me deja técnicamente como una adolescente otra vez (sin contar que aún dependo de mis progenitores) que desea ser diferente a los demás y sobre todo destacarse entre ellos.

A final de cuentas, lo doloroso es comprobar la prescindibilidad del ser humano: si desapareces, no importa porque pronto aparecerá otro con iguales características, que probablemente se destaque aún más porque vendrá cual adolescente, con ansias y energías renovadas. Lo más frustrante de todo, es que a pesar de lo nuevo que parezca, para nosotros siempre será un plagio y un fiel reflejo de lo que hemos hecho anteriormente.

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