domingo, marzo 28, 2010

Duelo


Cuando me amabas, me regalabas tus versos y tu música.
Te dedicaba mi existencia, y mis letras y postales eran tu inspiración.
Todo ha quedado atrás.
Maldito Ego que encegueció y apuñaló tu alma para tomar posesión de tu cuerpo.
Ese fuego que fue mi hogar hoy no es más que cenizas.
Y cada cierto tiempo, cuando creo que te has ido para siempre, el destino toca mi hombro despertando recuerdos, y se ríe mientras levanta el negro velo que oculta lo mucho que me dueles.
Y si he de ser afortunada, a veces hablo de amor, para que no se oxiden mis latidos.


No hay comentarios.: